La planeación financiera es un sistema, no un archivo
Si no se actualiza cada mes con datos reales, no estás anticipando. Estás apostando.
Cuando llego a una empresa y pregunto por su modelo de planeación financiera, casi siempre me muestran el presupuesto.
Un archivo grande, con metas y acuerdos de comité.
Pero ese archivo no dice lo que va a pasar.
Dice lo que todos acordaron que ojalá pasara.
Y ese es el error.
El presupuesto es útil para marcar rumbo.
Pero no sirve como brújula para navegar el camino real.
Porque cuando la ejecución falla (y siempre falla en algo)
el presupuesto se queda igual. No cambia.
Y si lo usas como tu guía principal, terminas tomando decisiones con datos viejos.
¿Qué hacer entonces?
Separar los elementos.
Así de claro.
Un modelo sano de gestión financiera debe tener estas 4 capas bien definidas:
Meta: el objetivo que quieres alcanzar.
Plan: las acciones que vas a ejecutar para lograrlo.
Presupuesto: el acuerdo inicial que mezcla metas, plan y recursos.
Planeación: la proyección más probable con base en lo que ya pasó.
Y esta última (la planeación) debe actualizarse cada mes.
Con datos reales.
Con resultados actuales.
Sin maquillajes.
Solo así puedes ver si vas a llegar o no.
¿Qué pasa si no lo haces?
Sigues presentando “resultados alineados” que en el fondo no reflejan la realidad.
Tomas decisiones sin ver el desfase entre lo planeado y lo alcanzado.
No ajustas a tiempo. Solo reaccionas cuando ya es tarde.
Acá te dejo 4 pasos que me han funcionado a mi para construir una planeación financiera que sí funcione
1. No mezcles metas con proyecciones.
El plan es lo que vas a hacer.
La planeación es lo que va a pasar si sigues igual.
Y si no los separas, no sabrás cuándo intervenir.
2. No proyectes con base en lo firmado.
El clásico 3+9 (3 meses reales + 9 de presupuesto) no sirve para anticipar.
Haz 3+9 reales: 3 meses cerrados + 9 de proyección con los datos actuales.
3. Actualiza cada mes.
La planeación no es un archivo anual.
Es un sistema vivo que se ajusta con la realidad.
Si no lo actualizas, se vuelve decorado.
4. Usa el desfase como motor de decisión.
Comparar la planeación con la meta te obliga a actuar.
Si hay hueco, ajustas el plan.
Si toda cuadra, sigues. Pero con los ojos abiertos.
La planeación no es para “dar tranquilidad” en los comités.
Es para anticipar.
Para mostrar el desvío antes de que el golpe llegue.
¿Qué pasa si tu Excel te está mintiendo?
Si cada vez que revisas tus números terminas acomodando el Excel para “alinearte al presupuesto” estás perdiendo tiempo y visibilidad.
Escríbeme y te muestro cómo construir un modelo de planeación mensual, claro y útil.
Uno que te diga lo que puede pasar, no lo que querías escuchar.
Gracias por estar aquí,
Edgar Luna
Acompaño a empresarios como tu a convertir su flujo de caja en su motor de crecimiento para crecer de manera sostenible y sin perder el control.
Si esto te hizo sentido, compártelo. Alguien más podría necesitarlo.
Si te ha gustado me ayudarías mucho si compartes esta edición o recomiendas la newsletter.
¡Hasta la próxima! 👋